De la colección El Andariego de Clemente Vera
Perdimos nuestro hogar en el tumulto
Irremediable de la calle
Erigimos nuestros muros a la
Altura de la transparencia de los aires
Se miraba en el umbral imaginario
Todo el sol y todo el valle
Y nuestra casa se extendía a lo largo
De desiertos de cansancio y de mares
Caminamos entre cuartos de otros
Seres ya enterrados bajo el polvo
Nuestro espacio es de partículas
De huésped y de viaje
Y de nubes y tormentas
Se adornaba nuestro toldo
De un antiguo sedentario dice
El nombre de esta tierra a que te traje
Una ciudad, una avenida,
Un pasadizo, un callejón y un restaurante
Abrazamos la topografía
De la urbe que descansa y que arde
Y vivimos en su cuerpo de metales
Y mutamos y quedamos a ritmo disonante
De la lluvia, de los truenos,
De la asfixia de la tarde…

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