Parménides y lo político.

Primera parte

La pregunta por el ser es antiquísima, nació con el asombro de los primeros filósofos frente a la realidad y la búsqueda de una respuesta a esa cuestión ha mantenido en vilo a quienes dedicaron su vida a la filosofía.

La formulación de una pregunta acerca del ser pretende adentrarse en lo más hondo de las cosas para develar cuál es el elemento común encada una de ellas y, lograr así, conocer qué es lo que les otorga existencia.

La propuesta de Parménides la podemos encontrar en su célebre Poema cuyo tópico principal es una ingeniosa definición de la idea del Ser. El filósofo de Eléa consideró que que el Ser era tanto ingénito como inmóvil, unívoco y eterno.

Y así es entero, compacto. Pues lo ente confina con lo ente. Pero inmóvil en los límites de ingentes vínculos es, sin principio ni cesación. El mismo en lo mismo permaneciendo yace, y así firmemente ahí mismo queda.

Parménides, Poema.

Podríamos decir que la metafísica del filósofo en cuestión puede ser representada por la figura de una esfera perfecta en cuyo interior fluyen todas y cada una de las cosas. La posibilidad de que lo esférico se resquebraje es nula: flotamos en el espacio cognoscible, absoluto del ser y permanecemos inmutables, en silencio.

Por otro lado, existe una limitación dual en torno al ser: la separación entre él y la nada. De ésta última, se afirma que no hay un espacio posible que nos permita pensarla. La nada es lo que no-es, este espacio está vedado al pensamiento y, por lo tanto, es incognoscible.

Ahora bien, en términos abstractos, reflexionar en torno a dicho problema parece ser un asunto separado de la realidad efectiva. No obstante, admitir esa caracterización podría tener resonancias peligrosas en el ámbito de lo político. Los ecos de lo que denomino el compromiso filosófico con Parménides los podemos ver representados en la influencia que pudo tener en la teoría platónica del alma o en las tesis teológicas cristianas en relación con la naturaleza divina.

Caminar sobre el estrecho camino de la metafísica de Parménides en la historia es un asunto de suma importancia para comprender, según mi perspectiva, la forma en que se ejerció el poder. El ámbito de lo político no se encuentra exento de la admisión de tesis metafísicas, aunque no cifre su existencia en ellas solamente.

Es interesante observar, aunado a ello, que la historia aguarda innumerables ejemplos en los que asumir las cualidades del ser esférico del filósofo de Eléa, ha sido el principio esotérico y secularizado – es decir, separado de su correcta enmarcación filosófica- del racismo, la intolerancia religiosa o la homofobia.

Cada una de esas ideologías asumen una especie de inmovilidad gracias a la cual justifican su existencia y sus fines. El racismo es el ejemplo paradigmático de que, comprometerse con una idea del ser cuya cualidad es la de ser ingénito o inmóvil, nos abre la brecha hacia la creencia de que existe una sola forma sustancial de ser: ser de la raza aria, ser blanco, ser de un origen específico, etc.

Es, en este sentido, en el que lo metafísico se relaciona directamente con el espectro político. De ahí, que una lectura concienzuda – por no decir crítica- de la filosofía sea la piedra de toque para pensar lo que acontece.


Descubre más desde Diógenes Laercio | Filosofía

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Publicado por Diogenes Laercio

Estudié Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM. Cursé parte de la licenciatura en Letras Clásicas. Me dedico a la creación de contenido en redes y invito a todos a filosofar. He creado el podcast Filosofía en voz de Diógenes, Librería Rizoma en Instagram y el Proyecto de Divulgación de filosofía con el fin que el conocimiento esté más cerca de todos.

Deja un comentario

Descubre más desde Diógenes Laercio | Filosofía

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo