Ideas sobre la vida en medio de la pandemia.

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He escrito esta entrada con premura, ahora mismo estoy mirando el techo de la habitación, brotan de entre mis ojos internos un par de recuerdos grandiosos, puedo escuchar como desde un horizonte las voces de quienes participan de esas escenas hasta hoy olvidadas, de pronto, un cosquilleo sobre mi mejilla constata que las lágrimas surcan mi rostro abriéndose pasó entre mi piel, en la cuenca de mis labios se agolpan las gotas de sal, continúan su camino sobre mi cuello y otras tantas se avientan al vacío para terminar por disolverse en el suelo.

En efecto, el recuerdo de lo que alguna vez fue, el sigiloso sonido del pasado, las risas infinitas y la vida siempre frágil, siempre breve, siempre tan intempestiva. ¿Qué otra cosa puede pensar uno cuando en un contexto como en el que estamos la vida de los más queridos, de los más cercanos parece ser tan difusa y tan incierta? Estas palabras bien podrían ser un epitafio, o en cierta manera eso es lo que son.

¿Qué es vivir?
La pandemia ha radicalizado aspectos innatos al pensar humano, el más inmediato y, al mismo tiempo, el más profundo es el que se relaciona con la vida. Gracias a dicha contingencia, la pregunta por el estatus de la vida, es decir su fragilidad o su brevedad, o por el sentido de la misma, ha adquirido mayor significado. Todos nos hemos cuestionado en el interior de nuestro hogar si lo que hemos hecho ha tenido sentido o carece de él y los que por desgracia han tenido que lidiar con el virus de manera directa, con un familiar enfermo o incluso estando ellos mismos infectados, reflexionamos sobre cuán frágil es la existencia misma.


La vida en términos amplios es el movimiento de los cuerpos orgánicos, la forma en que la naturaleza dispone que una planta o un árbol crezcan al interior de un jardín o el modo en que un insecto tiene que llevar a cabo lo que se encuentra determinado para él. Pero la vida humana está en otra esfera, aunque comparta con lo natural algunas determinaciones. Vivir es participar de la fragilidad con la que está constituido nuestro cuerpo, vivir es tener clara conciencia de la debilidad intrínseca a todo lo que es orgánico en nosotros.

Por otro lado, vivir también es existir, es decir, realizar la búsqueda del sentido, ese acto de buscar sin encontrar es innato a lo humano. Eso es lo paradójico en nosotros, vivimos en la determinación de un tiempo que se define por nuestra muerte mientras a la vez existimos con la construcción de un sentido que muchas veces pretende sobrepasar a la vida misma.

La vida es breve y frágil
¿Qué somos frente a lo azaroso de la naturaleza en la que se gestan acontecimientos y seres que superan nuestra constitución física y psicológica?
A este respecto puedo decir que el virus vuelve palpable lo diminuto que puede ser el ser humano frente a toda situación extraordinaria. De un momento a otro el cuerpo ya enfermo o de edad avanzada se ve invadido por el virus y comienza a interrumpir con lentitud alguna función esencial para que todo lo que es orgánico en él se mantenga, permanezca, viva. Y frente a eso, es el cuerpo mismo quien da la batalla, se resiste, porque está en su naturaleza resistir.

Entre tanto quienes vemos cómo el cuerpo de alguien que amamos comienza a resqiebrajarse, nos preguntamos desde el pasado qué fue lo que pasó, cómo fue que llegamos a este punto. Comenzamos a indagar en las cavernas de nuestra memoria para convencernos de que en efecto vivir tiene sentido, de que el sentido es la existencia misma.

Un recuerdo por aquí, otro que emana de por allá, una sonrisa, un chiste, un enojo, un silencio, un eco y así trocitos de vida encajonada entre restos de símbolos y arrugas nos dicen que en la vida nos jugamos todo, que a pesar de cualquier cosa, morir es retornar otra vez al orden de las cosas, como diría algún estoico.


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Publicado por Diogenes Laercio

Estudié Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM. Cursé parte de la licenciatura en Letras Clásicas. Me dedico a la creación de contenido en redes y invito a todos a filosofar. He creado el podcast Filosofía en voz de Diógenes, Librería Rizoma en Instagram y el Proyecto de Divulgación de filosofía con el fin que el conocimiento esté más cerca de todos.

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