Leyendo a Anaximandro.

Introducción a la Filosofía. Clase 2.

Sean todos bienvenidos a esta nueva sesión en la que pretendemos adentrarnos en la filosofía y sus retorcidos laberintos. En esta ocasión he preparado para ustedes una lección en la que vamos a tratar de analizar a los sucesores de Tales Mileto, a saber, Anaximandro y Anaxįmenes.

Como ya mencioné en la clase anterior, el pensamiento filosófico en estos primeros pasos centrará gran parte de su atención en los fenómenos naturales, muchas veces se quedará absorto ante lo que no puede resolver, pero se mantendrá firme en su deseo por inmiscuirse en lo que subyace a las cosas todas. Pensar, en este momento específico, es observar. Hay tal vez una relación intrínseca entre la idea de pensar y experimentar.

Es dudoso que estos modelos [los propuestos por los primeros filósofos] fuesen elaborados respetando las leyes del método experimental, pero es posible que respetasen los modelos de la misma naturaleza, tal como la representaban aquellos antiguos griegos (…) trabajaban escuchando la naturaleza y siguiendo su ley.

Los presocráticos, Clémence Ramnoux, en La filosofía griega, Siglo XXI, España, 2006, pp. 8

En el ámbito de la filosofía de café se considera que aquella es excepcional en cuanto que parece surgir de la nada, como si el ser humano hubiera dado un salto hacia la racionalidad de un día para otro. Debemos de precisar, a pesar de que pueda ser una obviedad, que el pensar se alimenta de los senderos que recorre cuando fluye, así la filosofía primera no podrá prescindir del mito o de suposiciones mágicas de forma absoluta.

Anaximandro y Anaxįmenes pertenecen a la misma región de Jonia, del primero se dice que fue discípulo de Tales de Mileto y, del segundo, que lo fue de Anaximandro. Como se recoge en el fragmento siguiente:

Anaximandro de Mileto, hijo de Praxíades, filósofo, fue pariente, discípulo y sucesor de Tales. (59 -12 A 2)

Eggers Lan, Juliá, Victoria, Filósofos presocráticos, Ed. Gredos, España, 1982.

¿Por qué apelar a la fecha de nacimiento de los filósofos cuando sus enunciaciones trascienden su propia vida? Me parece que es necesario conocer estos datos, al parecer irrelevantes, porque es gracias a ellos como podemos tratar de de situar cada enunciación de acuerdo con su contexto histórico-social. La filosofía no escapa a la temporalidad histórica, se construye en ella y es gracias a ella misma que permanece.

Dicho esto, podemos remitir nuestra imaginación hasta los tiempos de Anaximandro, otro de los llamados físicos de Mileto. Se sabe que nació por el año 610 o 608 a. C. Por los ámbitos en los que se desarrolló, me atrevo a decir que con él se prefigura la sombra del filósofo con ojos omniabarcantes. Más allá de su visión estrictamente filosófica, también sabemos que llevó a cabo varios inventos y predicciones en el campo de la astronomía. A él también se le atribuye la escritura del primer libro en prosa.

Compuso Sobre la Naturaleza, un mapa de la tierra, Sobre las estrellas fijas, una esfera y algunas otras cosas.

(66 – 12 A 2)

Como ya lo había mencionado en la lección anterior, la preocupación esencial de los primeros filósofos es la búsqueda del principio (arché), de lo que es común a todo lo existente. En Tales de Mileto ese algo común tiene el nombre de agua, en Anaximandro la angustia y el ansia se combinan, el principio de las cosas se denomina to apeirón, es decir, lo indeterminado. ¿Podemos imaginarnos qué es eso? ¿Qué podemos pensar bajo la idea de lo indeterminado?

Estoy seguro de que en sí misma la idea de lo indeterminado es difícil de abrazar para el pensamiento. No es una cualidad, tampoco una cantidad, no es un sí y tampoco un no. Pero es precisamente dicha dificultad la que sitúa a Anaximandro en una esfera mucho más ambiciosa y elaborada de la realidad.

En principio originario que establece Anaximandro en lugar del agua de Tales, lo ilimitado (to apeirón), muestra la misma osadía en traspasar los límites de la apariencia sensible.

Jaeger, W., Paideia, FCE, México, 1998, pp. 157

¿Podemos ver en la idea de lo indeterminado una primera y ambiciosa aproximación para entender el mundo en términos estrictamente lógicos? Quizás, sin embargo, les propongo que nos adentremos lo más posible en él para poder así tomar una postura firme.

Anaximandro dijo que el principio de las cosas es to apeirón, pues a partir de él se generan todas las cosas.

(84 – 12 A 14)

No pensaba que cada cosa naciera de una sola, como Tales con el agua, sino de sus propios principios, y creía que los principios de las cosas singulares eran infinitos.

(88 – 12 A 17)

Pienso que a lo que nos enfrentamos cuando leemos las afirmaciones de Anaximandro es a la dificultad de concebir aquello que forma todo desde la postulación de un principio que escapa a toda posible identificación material, temporal o física. En ese sentido, les propongo considerar que cuando hablamos del arché, hay que forzar el pensamiento a situarse más allá de un lugar, más allá de un momento en el tiempo.

Dicho lo anterior, me parece pertinente apelar a las características o cualidades que el filósofo le atribuye al apeirón. Hay que decir que la generación de todo lo que existe es múltiple y no proviene de un solo elemento. ¿Qué significa eso? Pienso que en el momento mismo en que se considera que la totalidad de las cosas tiene distintos principios materiales, en ese mismo momento lo real parece ser más rico en sus formas de presentarse.

[…] Anaximandro habla del cuerpo sustrato como infinito pero sin definir su especie, como fuego,agua o aire […]

(116 – 5 – 25)

¿Cómo se generan las cosas? ¿Cuál es el modo en que eso sucede? En tanto que el principio de todo es múltiple, es decir, indeterminado, entonces la generación es una especie de emanación y lo que es inherente a ella es el movimiento eterno.

El milesio Anaximandro, hijo de Praxíades, propuso una cierta naturaleza distinta de los cuatro elementos, el movimiento eterno de la cual era, decía, la causa de la generación de los cielos.

(123 – 17 – 19)

A primera vista podemos darnos cuenta de que la visión de Anaximandro supera la mera visión de la realidad y su caracterización de acuerdo a la experiencia misma, el principio es múltiple porque se presenta de muy distintos modos en lo que es posible palpar, es uno porque no es uno solo elemento. En ese sentido, to apeirón, ha de ser aquello que motiva el movimiento y subyace a él, del mismo modo, es infinito, atemporal y se asemeja en algo a lo divino.

Cualquier cosa es un principio o procede de un principio. Ahora bien, de lo infinito no hay principio, ya que éste sería un límite. Además, como principio es inengendrado e indestructible […] él parece ser principio de lo demás y abarca a todas las cosas y a todas gobierna. Y esto es lo divino pues es inmortal e imperecedero.

(129 – 12 A 15)

Me gustaría detenerme aquí. Nuestro objetivo es introductorio, creo que con lo que presento para ustedes del filósofo de Mileto podemos tener un panorama muy general de su pensamiento, pero suficiente para observar cómo es que se fue articulando el ideario de la filosofía y sus posteriores debates, interpretaciones y críticas en Platón, Aristóteles y demás célebres personajes.

¿Cómo es que algo tan lejano pudo influir en las consideraciones de la posteridad? A primera vista, podemos decir que las reflexiones de los primeros filósofos son esencialmente metafísicas. Quizás sea desde esta perspectiva como sea más correcto dirigirnos a ellas.

Bibliografía

Hegel, G. W. Lecciones sobre la historia de la filosofía, FCE, México, 2011.

Hirschberger, J., Historia de la filosofía I, Herder, España, 1997.

Eggers, L. C., Victoria E. Julia, Los Filósofos presocráticos, Gredos, España, 2015.

Nicol, Eduardo, La idea del hombre, FCE, México, 2005.