Vivir no es algo que se deba dar por hecho. Si bien es cierto que cada época tiene sus propias preocupaciones, yo estoy seguro de que la cuestión crucial de nuestro tiempo es la que tiene que ver con la vida, con la posibilidad de vivir en su más amplia acepción.
Las determinaciones materiales de nuestro tiempo ponen en riesgo la existencia en todas y cada una de sus variaciones. La tecnología es el ejemplo paradigmático y paradójico de tal condición: da lugar a la comodidad mientras lacera silenciosamente la mirada que se expone al brillo de las pantallas, abre la puerta a la democratización del saber pero al margen de la generación de desigualdad social, etc. Lo que subyace a todo desarrollo tecnológico es el debate por el bien vivir, por poder vivir en plenitud.
Es por ello que es preciso reflexionar cuál es el lugar que ocupa la pregunta por la puesta en marcha de una vida filosófica, no sin antes intentar responder si es posible el buen vivir en medio del fuego,vivir en el riesgo sin más.
Aristóteles reflexionó en su Ética nicomaquéa sobre la felicidad y los caminos posibles que nos orientan a la consecución de ese afán innato al género humano. Conceptos como los de virtud, prudencia y la idea del buen vivir resuenan en las ensoñaciones de quiénes viven en un mundo de fantasía. La filosofía de entonces habitaba en una circunstancia que no se podría asemejar en nada a la nuestra y, sin embargo, podemos hacer de lo propuesto por el filósofo estagirita un instrumento de orientación.
Hoy la idea de felicidad parece ser un pozo vacío, no hay nada en ese gran hoyo negro que no se confunda con una promesa proferida desde la boca de un lobo a punto de morder nuestros miembros o nuestra intimidad. La estructura del capital se ha colado entre las rejillas de los deseos más profundos en lo humano y los ha vuelto objetos. A pesar de ello, lo esencial a la idea de la vida y a la noción de la felicidad es la circunstancia de riesgo vital.
La noción de riesgo debería disparar en nosotros la pregunta por la posibilidad de vivir felizmente en medio de circunstancias que llevan al límite nuestra existencia situándola siempre en la línea entre la vida y la muerte.
Continúa…

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