¿Filosofía y poesía?


Con frecuencia se dice que la poesía no es un modo de conocimiento. Incluso se plantea una distinción categórica entre los objetos de la poesía y los de la filosofía, o la ciencia. La poesía, por su parte, parece haber quedado relegada a la descripción de lo emocional en contraposición con lo racional u objetivo.

Es por eso que la pregunta sobre si la filosofía y la poesía se relacionan es relevante en la medida en que un tipo de filosofía hoy parece desprestigiar el acercamiento que ambas han tenido desde siempre. Si bien es cierto que podemos decir que desde hace ya varios siglos ambas disciplinas tomaron caminos distintos, lo cierto es que su curso ha sido paralelo.

En los anales de lo remoto se cuenta cómo el paso inmediato al desarrollo de la filosofía fue la Ilíada, la Odisea o la Teogonía. Cada uno de esos relatos también forma parte del modo en que el ser humano se concebía a sí mismo antes del desenvolvimiento de la razón, de la ciencia. En toda civilización antigua primero fue la poesía andando de la mano de la sabiduría. Ambas hablaban del mundo, de los fenómenos observables en el firmamento, de la constitución de los dioses o de un conocimiento intuitivo.

Incluso se puede decir y se sabe que las alegorías platónicas son el eco de esa tendencia del pensamiento por dar cuenta del mundo en los límites de la razón. El filósofo ateniense da muestra de cómo la creación de una alegoría abre los caminos de la reflexión profunda y da paso a la verdad. A pesar de que tiempo después, haya decidido expulsar a los poetas de su república.

En ese sentido, la poesía es un ejercicio racional de un orden distinto al de la filosofía o la ciencia. Se orienta a estructurar el lenguaje de tal modo que a través de él se descifre una verdad particular. Al igual que las matemáticas en la ciencia o que la metafísica en la filosofía, así lo poético exige del que se aproxima a él un esfuerzo del pensamiento mayúsculo.

La verdad en lo poético no es de carácter empírico o con miras a prever el porvenir, son las palabras en su formalidad pura. Quizás por eso haya muchos que miran a este ejercicio con desprecio, porque está más allá de lo que sus ojos pueden ver o comprender.



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Publicado por Diogenes Laercio

Estudié Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM. Cursé parte de la licenciatura en Letras Clásicas. Me dedico a la creación de contenido en redes y invito a todos a filosofar. He creado el podcast Filosofía en voz de Diógenes, Librería Rizoma en Instagram y el Proyecto de Divulgación de filosofía con el fin que el conocimiento esté más cerca de todos.

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