Las siguientes líneas se encuentran íntimamente relacionadas unas con otras, desde la primera a la última -que quizás nunca se escriba- representan la visión de una comunidad de saber, de una colectividad abierta al número infinito y al porvenir siempre incierto.
1. La filosofía solo tiene lugar en el ámbito de la apertura total del pensamiento. Apertura quiere decir poder observar lo existente como a través de un caleidoscopio.
2. En tanto que todo ser humano puede filosofar, ninguna pregunta, ningún pensamiento es de menor importancia que otro.
3. El diálogo es la fuente de todo conocimiento posible. Lo que es de interés filosófico se piensa siempre con otro. Lo demás es soliloquio.
4. Ningún dogma es piedra angular de la perspectiva filosófica. La filosofía piensa el dogma, lo atraviesa, lo derrumba o reconstruye, pero no se sujeta a él.
5. La filosofía es tanto una forma de teorizar como una experiencia vital. La virtud no es nada sin su puesta en marcha en la cotidianidad.
6. Conocerse a sí mismo es el principio motor de todo filosofar.
7. La filosofía siempre llega tarde, pero siempre a tiempo.
8. El filósofo o la filósofa siempre debería tomar la palabra. Dar razón de lo real.
9. En el asombro se edifica la más profunda visión de las cosas.
10. Citando a Víctor Hugo: “Veamos por nosotros y por los otros, esforcémonos por la probidad, prodiguémonos por la justicia, arruinémonos por la verdad, donde hay un dolor, donde hay un deber, donde hay un lucha, donde hay un exilio, acudámos.”
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