Reflexión sobre la historia
En el texto La pasión de la historia Monsiváis apunta que al margen de la concepción que se tiene del pasado histórico existe un afán por la pura acumulación de lo que se ha quedado atrás en el tiempo, a este atesoramiento vano se le denomina el ámbito del tiempo autónomo y cuya naturaleza es la de situarse por encima de la historia y constituir una linea paralela que no nos remite a los hechos, sino que es meramente accesoria del relato. El tiempo autónomo es la categoría que refiere a la ausencia de toda conciencia histórica posible.
Aunado a lo anterior, podemos sostener que dicha noción está vacía en lo que respecta al contenido de la historia en nuestra época. El historiador, el filósofo, el hombre o la mujer de a pie, se encuentran imposibilitados para pensar su presente desde un pasado heróico, grandioso o aterrador. El pasado, cuado se logra mirar hacia él, siempre parece ser ajeno al sujeto que lo evoca. De ahí que, por ejemplo, canales como History Channel a nivel global logren el éxito en la conciencia masificada, ésta no se mira a sí misma en lo que se relata y preserva, es simplemente entretenimiento. El asunto se complica todavía más cuando es el Estado la única voz que preserva y hace memorizar al ciudadano sus eventos canónicos nacionales.
El tiempo autónomo hace referencia al modo en que la historia se ha contado desde la unívoca visión del vencedor y de la clase que se erige como dominante. Hay tiempo autónomo siempre que hay escisión del relato con lo real, siempre que esa escisión conserva la noción del progreso y sus efectos colaterales como si estuviesen exentos de un análisis crítico.

La conciencia de la historia, por el contrario, remite al contenido, las implicaciones y consecuencias de lo acontecido, de ahí que debamos pensarla desde otra perspectiva. En ese sentido se dice en torno a la utilidad de la historia que:
La historia, para agregarle al presente la inteligibilidad del pasado, para alentar la disidencia y favorecer la cohesión de grupos o naciones, para crear y leer gozosamente, para contribuir a la inserción del individuo en la comunidad (o a la deserción, si éste es el caso).
Monsiváis, La pasión de la historia.
Es preciso que se apele a la conciencia auténtica de la historia en tanto que es gracias a ella que se devela lo presente desde la experiencia singular del sujeto que se remite a ella, que más que contarla, identifica los modos, los puntos de fuga que configuran nuestra realidad.
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