Generalmente, cuando hablamos de cinismo filosófico, la referencia más frecuente es Diógenes el cínico, también conocido como el perro. Pero una breve investigación sobre esta escuela antigua de filosofía nos da cuenta que el verdadero y auténtico perro fue Antístenes, incluso se ha llegado a sostener que él fue el creador de la escuela de filosofía que dio origen a la tradición cínica.
Así que indagemos un poco más sobre la vida de este personaje casi olvidado en la historia de la razón pensante.

Resulta muy interesante encontrar que Antístenes fue en primer lugar discípulo del célebre sofista Gorgias de quien aprendió retórica y, posteriormente, uno de los más destacados seguidores de Sócrates, según lo cuenta Diógenes Laercio.
Fue Antístenes quien se sabe que se comenzó a hacer fama de perro y a tratar de hacer un símil entre su forma de concebir el mundo y la disposición que deberíamos tener frente a la realidad. Para ser un perro basta la liberalidad, el autodominio, la lealtad y la rebeldía y el afán de ser feliz.
Antístenes también se caracterizó por hacerle ver a los demás que la filosofía no es una cuestión de demostraciones abstractas -como usualmente harán los socráticos y los platónicos-, la filosofía ha de mostrar con hechos aquello de lo que habla.
Por esa razón es común escuchar de él como de Diógenes que todo lo que reflexionan y sostienen lo hacen evidente a la vista de sus interlocutores. Pero eso no es lo único que distingue a Antístenes de otros filósofos.
Se sabe que fue el perro verdadero quién fundó una escuela a las afueras de la ciudad que era conocidad como el Cinosargo. Lo que hace especial a la misma es que abre sus puertas a la mayoría y es una afronta para la Academia de Platón o el Liceo de Aristóteles.
Según Michel Onfray: «El Cinosargo concentraba toda la fuerza del emblema: estaba situado en lo alto de una colina, fuera de la ciudad, cerca del camino que conduce a Maratón.» (Onfray, Cinismos)
Antístenes era de carácter fuerte, solía enseñar a sus discípulos con rigurosidad y hasta se cuenta que a Diógenes de Sínope llegó a darle algunos bastonazos para que dejara de lado la torpeza.
Tal y como lo ves el can verdadero fue un personaje icónico en la historia de la filosofía, pero a quién poco se recuerda. Te invito a saber más.
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