Michel de Montaigne: el pensador que se convirtió en su propio experimento
En una época marcada por guerras religiosas, descubrimientos geográficos y el auge de la imprenta, un noble francés decidió apartarse del mundo para encerrarse en una torre y pensar. Ese hombre fue Michel de Montaigne (1533–1592), considerado el creador del ensayo moderno y uno de los pensadores más originales del Renacimiento. Su filosofía era clara: “conócete a ti mismo”, pero sin solemnidad, sin sistema, y con mucho sentido común.
En esta entrada te cuento quién fue Montaigne, por qué es tan importante para la historia del pensamiento y algunas curiosidades fascinantes sobre su vida y obra.
¿Quién fue Michel de Montaigne?
Michel Eyquem de Montaigne nació en el castillo de Montaigne, en el suroeste de Francia, en el seno de una familia acomodada. Su educación fue excepcional: su padre contrató a un tutor que le hablaba en latín desde la cuna, lo que hizo de Montaigne un niño prodigio en los clásicos antes de que pudiera hablar francés. Estudió Derecho, fue magistrado y llegó a ocupar cargos públicos, pero abandonó la vida política a los 38 años.
A partir de entonces, se retiró a su biblioteca personal —ubicada en una torre de su castillo— para escribir sus Ensayos, una obra que hoy sigue siendo leída y citada por filósofos, escritores y psicólogos.
“Mi arte y mi oficio es vivir.”
—Michel de Montaigne, Ensayos
¿Qué hizo tan especial a Montaigne?
Montaigne fue el primer autor en usar la palabra “ensayo” (essai, en francés) para describir textos breves donde exploraba sus pensamientos sobre temas tan diversos como la amistad, el dolor, la muerte, el miedo, la costumbre, los libros o los animales. Lo revolucionario no fue el tema, sino el enfoque: un pensamiento que parte de lo íntimo, sin imponer doctrina alguna.
Inspirado en Séneca, Plutarco y Cicerón, Montaigne escribió con un estilo directo, coloquial y profundamente humano. No pretendía enseñar, sino pensar en voz alta. En sus palabras:
“No enseño, relato.”
—Montaigne, Ensayos

Datos curiosos de la vida de Montaigne
Vivía rodeado de libros… y frases en las paredes
Montaigne decoró las vigas de su biblioteca con más de 60 frases en griego y latín que lo inspiraban cada día. Eran como su “murmullo filosófico”, provenientes de autores como Epicuro, Sócrates, Heráclito o Lucrecio.
Escribía como quien conversa
A diferencia de otros pensadores que estructuran sus textos con lógica formal, Montaigne escribía como si pensara en voz alta, sin miedo a contradecirse. De hecho, corrigió sus ensayos constantemente a lo largo de su vida, con márgenes repletos de notas y adiciones.
Su amistad con La Boétie fue su gran amor intelectual
Una de las secciones más emotivas de sus Ensayos es la dedicada a su mejor amigo, Étienne de La Boétie, autor del famoso Discurso de la servidumbre voluntaria. Tras su muerte prematura, Montaigne escribió:
“Porque era él, porque era yo.”
Tuvo una experiencia cercana a la muerte
En 1569, Montaigne sufrió una caída de caballo que casi le cuesta la vida. Ese evento lo marcó profundamente y lo llevó a meditar sobre la fragilidad de la existencia. En sus textos reflexiona con frecuencia sobre el dolor, la enfermedad y la muerte con sorprendente serenidad.
Legado
Montaigne es, sin exagerar, uno de los grandes renovadores de la filosofía. Su estilo libre e introspectivo influyó en pensadores como Descartes, Pascal, Nietzsche, Virginia Woolf, Marcel Proust y Albert Camus. Su legado sigue vivo no solo en la filosofía, sino en el periodismo, la literatura y el pensamiento contemporáneo.
En tiempos de información abrumadora, Montaigne nos invita a detenernos, observarnos y pensar sin prisa ni dogmas.
Fuentes y lecturas recomendadas
- Michel de Montaigne, Ensayos (ed. Acantilado o Alianza Editorial)
- Sarah Bakewell, Cómo vivir. Una vida con Montaigne (Editorial Ariel, 2011)
- Friedrich, Hugo. Montesquieu, Montaigne y el escepticismo moderno (Fondo de Cultura Económica)
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