Byung-Chul Han: el filósofo que conquistó el Premio Princesa de Asturias 2025


Hoy quiero reflexionar sobre el reciente galardón otorgado a Byung‑Chul Han en 2025 —el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades— y por qué resulta tan significativo que un filósofo reciba un reconocimiento de este tipo.

Un premio que vale por qué, no sólo por quién

El jurado reconoció a Byung-Chul Han «por su brillantez para interpretar los retos de la sociedad tecnológica». En efecto, su obra aborda temas como la auto-explotación bajo el neoliberalismo, la hiperconectividad de los smartphones, la pérdida de tiempo contemplativo. Estas reflexiones, aunque académicas, tienen impacto público: tocan cómo vivimos hoy.

Cuando un filósofo como él recibe un premio de tal calibre, ocurren varias cosas importantes:

  1. Visibilización del pensamiento crítico: La filosofía muchas veces se queda entre académicos; un premio público la pone en el centro del debate social.
  2. Reconocimiento de la función social de la filosofía: No sólo se trata de especulación abstracta, sino de aportar herramientas para entender lo que nos sucede como sociedad (trabajo, tecnología, libertad, tiempo).
  3. Legitimación institucional de la reflexión: Que una institución cultural de primer nivel conceda el premio envía un mensaje: la reflexión filosófica importa, no es mero ornamento.
  4. Invitación a la ciudadanía: Ver a un filósofo premiado puede animar a más personas a preguntarse, detenerse, pensar —en una época acelerada donde se premia lo inmediato y productivo.


Lo que dijo Han en su discurso

Durante la ceremonia en Oviedo, Han evocó a Sócrates y su misión: «agitar a los atenienses, despertarlos, criticarles» como un tábano En sus propias palabras:

«Yo soy filósofo. Como tal, he interiorizado esta definición socrática de la filosofía.» 

«El teléfono inteligente puede ser una herramienta utilísima. (…) Lo que ocurre es que, en realidad, nos hemos convertido en instrumentos de los smartphones. Es el teléfono inteligente el que nos utiliza a nosotros, y no al revés.» 

«La ilimitada libertad individual que nos propone el neoliberalismo no es más que una ilusión. Aunque hoy creamos ser más libres que nunca, la realidad es que vivimos en un régimen despótico neoliberal que explota la libertad.»

Estas frases no sólo resumen bien su pensamiento: también indican por qué un premio puede tener impacto. El filósofo está haciendo algo socialmente relevante —y el premio ofrece un altavoz.

Por qué importa este reconocimiento para la filosofía

El premio a Byung-Chul Han no solo celebra una trayectoria individual, sino que reabre una vieja pregunta: ¿qué lugar ocupa hoy la filosofía en el mundo? En una época dominada por el ruido, la velocidad y la productividad, la voz del filósofo parece un susurro; sin embargo, este galardón demuestra que ese susurro aún puede alterar el curso del pensamiento público.

La importancia del reconocimiento radica en que devuelve visibilidad simbólica a una forma de conocimiento que no busca utilidad inmediata, sino sentido. En una sociedad orientada a la técnica, premiar a un filósofo es un gesto de resistencia cultural: es afirmar que pensar no es un lujo, sino una necesidad.

Byung-Chul Han ha sido una figura capaz de traducir las tensiones invisibles de la contemporaneidad —el cansancio, la transparencia, la saturación informativa— en conceptos que nos interpelan a todos. Al premiarlo, no se celebra un discurso académico, sino una mirada que diagnostica nuestra época con precisión casi médica. La filosofía, así, vuelve a ser aquello que cura la confusión colectiva, que nombra lo que aún no sabemos cómo decir.

También es un recordatorio de que la reflexión puede tener un impacto político y espiritual sin recurrir al dogma ni al eslogan. El pensamiento de Han nos invita a reconciliarnos con el silencio, la lentitud y la contemplación: dimensiones del espíritu que hoy parecen subversivas. Su premio, por tanto, no es sólo una distinción honorífica, sino una invitación a que la sociedad vuelva a otorgar tiempo y espacio al pensamiento, a la pausa y al sentido.

En el fondo, el reconocimiento a Byung-Chul Han es una forma de decir que la filosofía sigue siendo necesaria porque aún no hemos aprendido a vivir.

Conclusión

El galardón a Byung-Chul Han marca, en mi opinión, un momento importante: no sólo para él, sino para el estado de la filosofía en nuestra cultura. Que una obra que cuestiona la eficacia, la tecnología, la libertad y el tiempo sea premiada envía una señal potente: pensar importa. Y premiar al que piensa nos invita a todos a detenernos, mirar, reflexionar.

En estos tiempos en los que se premia lo rápido, lo visible y lo productivo, reconocer al filósofo es afirmar que también lo lento, lo incómodo y lo pensativo tienen valor.


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Publicado por Diogenes Laercio

Estudié Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM. Cursé parte de la licenciatura en Letras Clásicas. Me dedico a la creación de contenido en redes y invito a todos a filosofar. He creado el podcast Filosofía en voz de Diógenes, Librería Rizoma en Instagram y el Proyecto de Divulgación de filosofía con el fin que el conocimiento esté más cerca de todos.

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