¿Enseñar filosofía?

Los filósofos actuales, o quienes ostentan el título -maestrías y doctorados- de individuos que acudieron a la universidad a leer los libros más célebres de la historia de la filosofía, constantemente nos recuerdan que el pensar filosófico es necesario hoy. ¿A qué se refieren? ¿Qué significa que la filosofía sea necesaria? ¿Qué es el pensar filosófico? ¿Qué es enseñar o aprender filosofía? ¿Es posible enseñar a filosofar? ¿Para qué?

En primer lugar, quisiera comenzar diciendo que la institucionalidad de la filosofía ha traído consigo una especie de secularización de la misma y trastocado su ejercicio. Como producto de ese proceso secular tenemos lo que hoy se denomina pensamiento crítico. Por lo cual considero que entre él y la filosofía hay una distancia infinita. Aquél sólo pudo surgir en el contexto del capitalismo y sus formas ideológicas más elevadas; ésta es el resultado de un deseo innato a lo humano por comprender lo real y hacer con el pensamiento un compromiso.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de filosofía? Como correlato del proceso arriba mencionado, la filosofía ha quedado sitiada en el terreno de los libros y las universidades. Pareciera que lo que es esencial a ella solo es posible enunciarlo al margen de lo institucional. De hecho, las escuelas que incluyen a la filosofía en sus programas de estudio nos remiten necesariamente a los nombres de los filósofos más célebres y a la falsa idea de que leyendo sus libros es como se adquiere la gloriosa capacidad de analizar. ¿Cuánto tiene de cierto eso? Nada.

La posibilidad de pensar es asequible a cualquier ser humano, por lo que decir que la filosofía consiste en pensar es ambiguo. Habría que considerar cuáles son las diferencias entre el pensar llano y el pensar filosófico. De primera instancia yo diría que este último es el sinónimo de un compromiso. La filosofía es un compromiso con el pensar, es decir, una manera de hacer que el pensamiento inunde todos los estratos vitales de quien elige el camino del pensamiento. El pensar llano es aquel que es fugaz, el que es producto de un azar y después ha de olvidarse.

En ese contexto, si la filosofía consiste en el comprometerse ¿es posible enseñar el compromiso o aprenderlo? Desde mi punto de vista no podemos enseñar a comprometerse con el pensar, pero podemos mostrar las vías de acceso a la libertad. La mayeútica es una de las herramientas principales para despertar en los individuos el ansia de ir siempre más allá de lo que es observable a simple vista, de lo que se dice o de lo que se hace. En ese sentido, enseñar filosofía no consiste en abordar las ideas de los más célebres filósofos para tener en mente sus conceptos sino en la oportunidad de ver en esas ideas un punto de fuga que consista en preguntar, en cuestionar. Para la filosofía lo primero que es necesario hacer es poner en duda todo.

Debo decir que la pregunta por el para qué de la filosofía se encuentra mal planteada. Si es necesario pensar hoy, no es porque el mundo se encuentre en crisis – aunque en efecto lo esté – sino porque elegir la filosofía nos lleva irrevocablemente a preguntar por él, a inquirir.


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Publicado por Diogenes Laercio

Estudié Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM. Cursé parte de la licenciatura en Letras Clásicas. Me dedico a la creación de contenido en redes y invito a todos a filosofar. He creado el podcast Filosofía en voz de Diógenes, Librería Rizoma en Instagram y el Proyecto de Divulgación de filosofía con el fin que el conocimiento esté más cerca de todos.

4 comentarios sobre “¿Enseñar filosofía?

  1. Me has dejado una buena reflexión, amigo. Recuerdo que una de las cosas que no me gustó de la licenciatura es que en la materia de Enseñanza de la filosofía no aprendí a enseñar filosofía. Ahora me pregunto si es posible enseñarla. Creo que se requiere un compromiso tanto de quien enseña como de quien aprende, porque se puede aprender lo que dicen los libros, pero aprender a filosofar es algo distinto.

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  2. Actualmente en los colleges y universidades de los países anglosajones hay unos catorce mil profesionales -docentes- de la filosofía. Estos filósofos publican unos doscientos cincuenta libros al año y multitud (infinidad) de artículos. En total publican unas diez páginas por filósofo y año. En los países de lengua española el número es probablemente parecido. Y el hecho es que el filósofo es totalmente invisible, socialmente irrelevante. Sus rumiados argumentos minuciosos de temas técnicos y casi neoescolásticos, sus elucidaciones de textos de filósofos del pasado, sus oraculares enunciaciones metafísicas farragosas, su servidumbre a la ciencia o a la ideología o a la religión, no tienen ningún tipo de transitividad con el hombre contemporáneo. Abdican de una utilidad intrínseca, no responden con una cosmovisión actual, no incitan ni aluden a cómo vivir y por qué vivir. Mucha filosofía académica y ninguna filosofía como terapia del alma. Mucha revista endogámica y ningún ejemplo de bíos admirable o envidiable. Los filósofos son técnicos o hacen currículum científico, carrera profesoral, pero no incitan al debate, no aluden a los problemas y preguntas del hombre de la calle. Han desertado de su misión de guías del alma, de profetas o maestros o sabios, son poco más que seco polvo de tesis doctoral.
    Por otra parte la debacle educativa occidental impide que los ciudadanos (como norma general) dispongan de armamento crítico y capacidad de juicio y discernimiento, por lo que se abaja la calidad democrática (las democracias contemporáneas temen la influencia de los ignorantes) Te envío un saludo afectuoso.

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    1. Hola, amigo. Gracias por comentar esta pequeña entrada. Comparto contigo la idea en relación con el papel del filósofo hoy. En efecto, eso se puede constatar en las universidades y sus publicaciones auto referenciales; a ello se suma un nuevo deseo por difundir la filosofía – del cual también formo parte- en redes sociales, pero que se limita a la puesta en marcha de una repetición de ideas y que se acerca mucho a la práctica del coaching. Difiero de lo académico y, al mismo tiempo, difiero también de la difusión de la filosofía en su aspecto más sencillo. Es por eso que he decidido a escribir este blog, grabar algunos videos, podcast y demás cosas que atienden a mi idea de que la filosofía está al alcance de todos. Saludos.

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